lunes, 5 de diciembre de 2011

7.

No se ustedes pero cuando yo escucho la palabra “paseo familiar” me frustro, sobre todo porque nunca terminamos yendo a los lugares que yo quiero ir, porque mis padres me obligan a comer como si fuese un pavo de navidad que rellenar y porque Max siempre insiste en ir a mis paseos familiares y es de lo más estresante estar lidiando con dos padres que quieren una hija normal y una mocosa de siete años que resulta ser un fantasma y que vive haciéndote preguntas todo el tiempo. El punto es que normalmente nunca podía hacer mucho por zafarme de ellos porque aunque era delgaducha mi sistema de defensa parecía ir siempre a la perfección y nunca lograba inventar una enfermedad lo suficientemente creíble como para que mamá dijese “está bien, Aria, nos quedaremos en casa y tú cuidarás ese resfriado”.

Así que ahí me encontraba, un domingo sentada en la parte de atrás del Jeep recorriendo todos los lugares turísticos de Chicago, al menos Max parecía divertida con eso de salir “en familia”, a veces pensaba que mis padres hubiesen sido mucho más felices teniendo una hija como ella, ya saben, excesivamente preguntona, habladora y vivaz, en cambio me habían tenido a mi… quizás la que debería haber muerto de cólera debería haber sido yo.

- ¿Has visto que lindo es ese parque, Anne? – Asentí con la cabeza, responder con un “sí” hubiese hecho que mis padres desviaran el trayecto del museo hacia el mejor terapeuta de Chicago que estaba segura mi papá tenía su número registrado ya en su celular en caso de emergencia.

No había que ser muy lista para saber que mis padres aunque estaban felices de mi aparente “normalidad” demostrada en Chicago, tomaban todas las medidas de precaución en caso de que volviesen a ser llamados a la dirección porque su hija rompió un aula entera en el colegio.

- Aquí nos bajamos… - dijo mi padre al estacionarse casi en el frontis del Museo de Historia de Chicago.

Un domingo por la mañana visitando un museo de historia… ¡que cosa más hilarante! No se si les he contado, pero otra de las cosas odiosas de ver a la gente muerta es precisamente esta: visitar edificios tan viejos como la moneda de cuarto de dólar. ¿Me explico? Generalmente en edificios como esos, que son de los años en que George Washington era un bebé de cuna, están más llenos de fantasmas que cualquier otro lugar, aquí abundan los sujetos perdidos y generalmente los más bizarros, aunque no niego que no me quejaría si el fantasma de Abraham Lincoln se me apareciera en un museo, creo que aprovecharía de hacerle un montón de preguntas de su vida y sacaría la mejor biografía del ex presidente, la presentaría de manera anónima y me haría millonaria. Aunque nunca me ha pasado eso, ya saben, de encontrarme con alguien “famoso”; al parecer tengo mala suerte hasta para eso, podría encontrarme con el fantasma de Marilyn Monroe, pero no, lo más famoso que he llegado conocer, ha sido el fantasma de un señor que aseguraba ser el sastre de un rey de Alemania (sí, el aún no asumía que estaba muerto, incluso habiendo estirado la pata hacía más de dos siglos… lo supuse por su manera de vestir).

Entramos en el museo e inmediatamente Max casi se pegó a mi para caminar por ahí, en cierta forma era gracioso, Max le temía un poco a los otros como ella… irónico ¿uh? un fantasma que le teme a fantasmas, pero así era, no le gustaban ni un poco (aunque jamás lo reconociera), quizás lo que le faltaba era conocer a alguien como ella, de su edad, un fantasma que representase esos congelados 7 años que ella era, pero eso aún no ocurría, lo cual en cierta forma era un completo fastidio, de hecho Maxime era la única niña fantasma que había conocido, lo cual si lo pensaba era… extraño.

- Este es el primer plano de la ciudad de Chicago… ¿has visto esto? – apuntó mamá hacia una vitrina de manera rectangular.

Asentí, entonces pasó lo esperable, una chica vestida de criada se paseaba de un lado a otro del salón limpiando, como si fuese lo más normal llevar esos anticuados trajes de servidumbre del siglo XIX, la miré disimuladamente unos segundos, y entonces le oí cantar en un idioma muy parecido al francés, fue la advertencia para voltear mi cabeza y fingir que estaba demasiado interesada en esa charla de mi padre sobre los edificios históricos de Chicago; no podía permitirme otro episodio como el de la novia muerta, suficiente estrés había tenido con una chica muerta en el siglo XXI, ¿qué favor tendría que hacer a alguien que vivió hace más de cien años? no viajaría a Francia a visitar a sus tataranietos para darles algún recado, de ninguna manera.

Recorrimos el museo y nos llevó todo lo que nos quedaba de mañana, me escapé unos momentos de mis padres y aproveché de pasear con Max y responderle algunas de sus muchas preguntas.

- ¿Has visto que vestido tan bonito? – apuntaba hacia un vestido de principios de siglo XX que se encontraba en medio de una gran galería dedicada sólo a vestimenta de épocas.

- Está bonito…- respondí acercándome.

- Mamá usaba muchos como estos…

Maxime hablaba poco de sus padres, a veces lanzaba frases sueltas como esas, pero luego pasaba a otro tema y no volvía a recordar nada más, supongo que lo hacía como mecanismo de defensa, ¿qué tan triste puede ser andar como fantasma por la Tierra y que tus padres hayan muerto hace unos… ochenta años atrás?

- A mi también me gustaría usar unos como esos…- añadió.

- Podrías, ya sabes que puedes…

- Me gusta este- tomó su vestido- mi mamá y yo lo compramos juntas…

No se si saben pero aquí va otra revelación de la gente muerta que deambula por ahí, pueden mutar su apariencia, aunque generalmente nunca lo hacen porque se acostumbran a lucir siempre igual y el “cómo se ven” para a ser algo muy de tercer plano una vez que estás muerto, supongo. Pero sí, si quisieran podrían lucir un smoking o el pijama a rayas que usaban por las noches, parece un poco estúpido ¿no? pero si lo piensas no lo es demasiado. Después de quebrarme la cabeza pensando en estos sujetos muertos, llegué a la conclusión que en su forma de fantasma seguro que conservan su esencia y recuerdos humanos (al menos lo sustancial) y creo que eso les permite visualizarse de maneras distintas, aunque nunca he visto un fantasma que cambie su forma de lucir de 14 años a unos 45, si puedo decir que cambian de vestimenta al menos, hace unos cinco años conocí a una tipa de lo más presumida, había muerto quemada (nada bien) pero insistía en lucir diferente cada vez que se me aparecía por ahí, no paraba de repetir eso de “la apariencia” y no paraba de desaprobar mi manera de vestir lo cual por cierto era completamente odioso.

Alcé el brazo y acaricié levemente la coronilla de Max mientras ella tocaba las puntas del vestido.

- ¿La extrañas? – me atreví a preguntar.

- Mucho…

Saqué mi mano de ahí y la volví a un costado, no sería nada bueno que mis padres me viesen acariciar un “objeto invisible”.

- Sabes que podrías… ya sabes…

- Aria…- Me volteé, eran mis padres haciéndome señas para irnos. Comencé a caminar y sentí a Max hacerlo junto a mi- ¿Qué tal si vamos por unas ricas pastas a ese restaurante del que les hablé? – preguntó mamá.- hoy no tengo ganas de cocinar y mi amigo Giacoppo tiene este local hace más de diez años…

Sonreí mientras mi madre me abrazaba a mi y a papá en el trayecto hacia el auto, ambos hacían todo lo posible por remediar el episodio de “no puedes hacer amigos sola” y se los agradecía de corazón.

El día fue completamente agotador, aunque no tan malo como pensé que sería, llegamos a casa casi a las siete de la tarde y lo único que quería era darme un baño, ordenar mi cabello que era un desastre y dormir, todo por la genial idea de mis padres de recorrer a pie el parque Millennium, gracias a eso se podría decir que al volver a casa, mi cabeza estaba perfecta para ser el sexto miembro de los Jackson 5, no sé si me explico…

- Yo debo ir al diario a revisar algunas cosas… tengo que echarle un vistazo a un reportaje especial que se le ha ocurrido a George- replicó mi padre apenas pusimos un pie en casa.

- ¿Y de qué va?

- Crímenes que han marcado a la ciudad…- respondió.

- ¿No es un poco… macabro eso? – preguntó mamá, no podía estar más de acuerdo. Papá se encogió de hombros.

- Si nos van a obligar a meter historia de la ciudad, al menos que sea algo con impacto para la gente… - comentó a la rápida, antes de coger sus cosas y volver a salir.

Luego de decirle a mamá que descansaría unos momentos entré en mi habitación, Max había desaparecido hacía un par de horas, siempre ocurría lo mismo cuando recordaba a sus padres, desaparecía supongo que a llorar a algún lugar apartado y luego volvía fingiendo que nada había pasado; a veces me quebraba la cabeza para descubrir qué es lo que ataba a Maxime a vagar por ahí pero aún no podía descubrirlo y hasta que ella no dejase de evadir el tema continuaría así, quizás por siempre… lo cual era desconsolador.

Me eché en mi cama y supongo que en algún punto me quedé dormida.

OoOoOoO

Cuando supe que me mudaría a Chicago lo primero que hice fue lo obvio: googlear el nombre y leer Wikipedia. Bueno, quizás eso no es lo obvio pero para alguien como yo, sí, siempre me gusta saber a donde voy y con qué tengo que enfrentarme. Lo primero que leí de Chicago es su famoso apodo de “Windy City”, lo curioso es que realmente no es la ciudad más ventosa de país y no ha sucedido nada especialmente catastrófico a lo largo de la historia en relación a sus vientos; cuando le comenté eso a papá se rió y me dijo que generalmente la historia está llena de incoherencias y que lo que se supone que es finalmente nunca lo termina siendo, no quiero culpar a mi típica paranoia habitual pero sentí que esas palabras calaban hondo en mi, es decir, ¿acaso mis padres sospechaban si quiera que su problemática hija adolescente podía ver y hablar con la gente que está muerta?

Y ahí estaba, mi segundo mes oficial en Creeks y se podía decir que lo llevaba bastante bien, excepto en esa parte donde la líder de las porristas me odia y tengo dos advertencias por llegar tarde, una tercera y me ganaría un lindo pase a Detención y un castigo, lo que a mis padres no les haría una pizca de gracia (y a mi tampoco).

- …así que yo le dije… ¿para que ver una serie donde unas chicas ricachonas y huecas se la pasan cotilleando? Y entonces Maggie me miró como si yo hubiese dicho que George Washington había sido hijo de Satanás… ¿puedes creerlo? - sonreí, Leighton se había pasado la mañana comentándome el cómo su vecina la había prácticamente echado de su casa por supuestamente ofender su serie favorita.

- Tus vecinos están locos, Leighton…- comentó Patrick mientras caminaba también junto a mi.

- Maggie está loca… - corrigió ella.

- Es amiga tuya.- añadió él.

- ¿Qué estás queriendo decir? – preguntó mi amiga (sí, dije amiga) alzando la voz y haciéndome reír.

- Yo sólo dije que…

- ¿Quisiste decir que yo también era loca?

- Hey, ustedes…

- ¡Aria! – me volteé y vi a Ian parado en la puerta de un aula, haciéndome una seña con la cabeza para ir hasta él. Miré a Leighton y Patrick que aunque se habían detenido pero seguían discutiendo sobre si ella estaba loca o no.

- Chicos… los alcanzo luego…

Me volteé y comencé a caminar contra la gran masa de alumnos que iba en sentido contrario, hasta alcanzar la puerta en donde lo había visto llamarme, pasé e inmediatamente vi que él había cerrado la puerta, me sentí nerviosa, por alguna razón, demasiado nerviosa, quizás porque volvíamos a estar solos los dos, y eso se estaba haciendo, uhm… común.

- ¿Qué tal? – pregunté ajustándome las manos en los bolsillos, le vi encogerse de hombros.

- ¿Qué tal tu fin de semana? – preguntó avanzando hasta mi.

- Bien ¿y el tuyo?

- Aburrido, como siempre.

- ¿Por qué? – me miró como si hubiese hecho una pregunta especialmente interesante.

- ¿Qué harás hoy, después de la escuela? – mi estómago dio un salto, un vuelco en 360 grados antes que sintiera que estaba apta para responder a aquello.

- Nada.

- Foster Av.

- ¿Eh?

- La playa… ¿la conoces?

- No.

- ¿Vamos?

- Pero…

- ¿Qué?

- ¿Nosotros dos?

- ¿Ves a alguien más en esta sala?

Me sentí estúpida, ¿por qué siempre él lograba hacerme sentir como una chica retrasada? (más de lo que ya me sentía que era) Me sonrojé, entre rabia, vergüenza y algo más. Ian me estaba invitando a ir una playa, los dos solos, después de la escuela. ¿Era una cita? No, claro que no, nunca me habían invitado a una cita, además cuando eso pasa se supone que el chico en cuestión dice que es una cita, en cambio Ian lo planteaba como un simple paseo por… una playa.

Los dos solos…

Enfócate, Arianne.

- Vale…- fue el momento exacto en que sonó el timbre, le vi articular una sonrisa extraña, algo astuta, que por cierto le hacía ver como un clásico chico malo, al estilo James Dean en “Rebelde sin causa”. Oh dios mío, ¿acababa de comparar a Ian con James Dean? - Debo irme.- añadí, huir siempre era la opción cuando mi cerebro comenzaba a pensar estupideces.

- Te espero en el patio trasero a la salida.

Corrí a mi siguiente clase mientras sentía el corazón en mi pecho latir de manera escandalosamente rápida, Ian me había invitado a ir a un lugar fuera de la escuela, ¿no era eso genial? nunca un chico me había invitado a ningún lado, al menos no por voluntad propia y no es que fuese un adefesio ni mucho menos, pero ya les he explicado este asunto de los muertos y que decidí no socializar mucho con la gente, pero en el caso de él…

- Por un pelo y te agarras tu tercer pase de atraso, Aria…- dijo Leighton agarrándome la mano y haciéndome sentar junto a ella.- ¿En qué mierda andabas? – me sonrojé y por supuesto alguien tan vivaz como ella lo notó.

- Oh, no me digas que tú…

- ¿Qué? – me sonrojé más- No es lo que estás pensando…

- ¿Estabas con un chico? – preguntó abriendo los ojos y adoptando una pose de mal disimulada emoción.

- Conversando, Leighton, sólo conversando.

- ¿Y quién es?

- Ian.

- ¿Ian qué?

Me quedé muda, aún no sabía su apellido.

- Pues… sólo Ian, va en último año.

- ¿Y cómo es?

Pero no pude detallarle nada de él porque fue el momento en que el profesor comenzó a dictar la clase, a la que por cierto no pude prestarle ni la más mínima atención, ¿cómo hacerlo si en menos de tres horas estaría dirigiéndome a una playa que no conocía con un chico que… no conocía del todo? De pronto mi censor de alarma se encendió un poco, no conocía nada de Ian, ni siquiera su apellido, ¿qué tan peligroso podía ser irme con él por ahí?

- Oye Leighton…

- ¿Uhm?

- Iremos a la playa en Foster Av. ¿La conoces?

- ¿La que queda en bahía Diversey?

- No sé, supongo…

- Sí, debe ser esa, ¿así que tendrás una cita? – preguntó en susurros mientras anotaba en su cuaderno, al igual que yo.

- No es una cita.

- Ah, entiendo, es de los chicos que no le gusta etiquetar nada, ¿uh? ¿y ya se han besado?

- Leighon, apenas hemos conversado un par de veces…

- Bueno, ya habrá tiempo para eso, asegúrate de no demostrar mucho interés hoy, así se engancha más, ¿vale?

Me sonrojé. Todos parecían saber más de chicos y citas que yo, lo cual me hacía sentir más patética y perdida.

Maldita adolescencia.

7 comentarios:

  1. Ohh, parece q despues de lo en opinion de Aria fue un fatidico fin de semana, aparece la recompensa de pasar un tiempo con el intrigante Ian. Me encanto el capitulo, me encanta tu narrativa, me encanta a historia, simplemente me encanta.

    gracias por hacer terminar bien mi lunes.

    nos leemos en la proxima!

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  2. Cada vez mas enganchada, me encanta Ian, yo quiero uno para mi, sera que lo consigo???, espero que tus musas continúen como van, que me tienen como loca con esta historia.

    Nos leemos pronto.

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  3. me encanta Ian me encanta y me intriga su misterio te quedo genial att paola a aponte

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  4. Me gusto mucho el cap! Sabes? Lo qe mas me gusta de ti como escritora , es qe no eres de esas qe empalagan con sus historias. Tu te apegas mas a la realidad, no se si me explico!
    Como pudiste dejarla en la mejor parte?! Bueno voi a esperar a la prox actualizacion para saciar mi curiosidad! Un beso! Cuidate Magda!

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  5. Waaaaa!!!!, esta vez muero de la curiosidad más que nunca!!!, va a salir con él!!!, qué pasará allí!!!, en serio quiero saber!!.
    Me pregunto que ata a Max a la Tierra, porqué no va junto a sus padres, sería triste que no pudiera saldar el asunto pendiente que tiene en el plano terrenal, es una pequeña, debería ganarse el pase al otro lado simplemente porque es pequeña aún, es intrigante, y deseo saber cuál es el motivo que la detiene.
    No sé por qué motivo mi instinto me dice que Ian sabe más sobre Aria, es decir, siento como si supiera algo más de ella que ella misma no le ha dicho, como si conociera su don o si lo supiera en cierta forma, mmm...creo que mi censor no funciona bien últimamente, jajaja!, creo que mis primeros días de vacaciones han hecho que todo en mí se relaje demasiado, no me hagas caso!!...
    Bueno pues, espero que la inspiración siempre esté contigo, te sigo donde sea para leerte!! n_n...Muchas gracias por la actualización querida amiga!!!, estaré al pendiente, si?...
    Te tiro desde aquí la mejor de las ondas!!, un abrazote!...

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  6. O.O no puedo creer que no me haya dado cuenta de la actualizacion... peo bueno cada vez mas misterioso ehh!! asi me gusta... ay no se pero cada que veo una imagen de "ellos" se me revuelve el estomago de emocion... rayos!!! bueno me paso al otro capi... n.n emocion emocion!!!

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  7. al final no deje comentario en todos los capitulos, pero es que me emocione tanto leyendo que no pude ni parar a comentar! jaja FELICITACIONES! Por un momento pense que Ian era un fantasma, casi muero. Espero pronto otro capítulo.

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